¿Estás cansado con la vida que llevas? ¿Estás frustrado con las cosas que te pasan?
¿Sientes que la vida te lleva? ¿Te sientes insatisfecho con lo que haces?
Pregúntate, ¿cómo te enfrentas tú a tus preocupaciones?
En este vídeo te voy a hablar del Círculo de Influencia y el Círculo de Preocupación. Viene de Stephen Covey en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”.
Todas las personas estamos rodeadas de dos círculos concéntricos, donde tú eres el propio centro.
El círculo más cercano a ti,es el Círculo de Influencia, es el círculo en el que tú puedes hacer algo, tú puedes tomar acción tú puedes decidir qué hacer, qué no hacer, …
Luego, está el Círculo de Preocupación. Es el que está por fuera. Es el círculo donde se encuentran aquellos aspectos o aquellas circunstancias en las que tú no tienes movimiento. Ahí no puedes hacer nada.
Es el caso de que tengas una pérdida: alguien se haya muerto o alguien se vaya. También es el caso de la situación económica, el hambre en el mundo o el tiempo que haga. También de lo cascarrabias o introvertido que sea una persona.
Ese círculo alberga todas aquellas circunstancias en las que tú no tienes acción, tú no puedes influir.
En cambio, tú sí que puedes incidir en otras cuestiones. Por ejemplo: lo que ves en la tele, lo que ves en Internet, como te tomas una situación, si decides que te afecte o si pasas de ello.
También puedes decidir qué peso tener porque, al fin y al cabo, otra cosa es que tú tengas unos resultados y esos resultados vengan por unas decisiones que tú has tomado antes.
Entonces, ya sabiendo que existen estas dos áreas de influencia,
dime entonces ¿dónde quieres estar?
Porque cuando tú te mueves en el círculo de las preocupaciones, lo único que haces es dejar a los demás el control sobre tu vida.
Actúas en modo víctima.
Es cuando te quejas de los ruidos de fuera, cuando juzgas al otro por lo que ha hecho, cuando críticas o murmuras sobre otras personas.
Cuando le echas la culpa a otros, en todos estos momentos, estás dejando en manos de otros tu verdadera felicidad, porque todo depende de lo que hagan los demás.
Entonces, ¿cómo puedes hacer para que eso deje de afectarte y por fin lleves tú la voz cantante?
Pues, toma responsabilidad.
Todo lo que te esté pasando solo te afecta a ti.
Tú decides si quieres tomártelo bien o estás malgastando tu energía, frustrándote.
Entonces tomar una actitud proactiva, en lugar de estar rebelde y reaccionar a esos impulsos, a esas circunstancias negativas.
Para ello, establece estrategias.
Piensa. ¡Piensa!
¿Que puedes hacer para qué es un no te afecte? ¿Para que eso no te moleste?
Piensa, ¿qué puedes hacer para tener más tranquilidad? ¿Qué puedes hacer para tener más felicidad en tu casa?
Y si estás pensando que lo que te molesta es la reacción de la otra persona, quizá esta situación te esté indicando que sería bueno que escuchases a esa otra persona, ¿qué le pasa o qué necesita?
Quizá sea momento en el que se te requiera empatía.
Entonces, como no puedes cambiar la decisión o la actuación de los demás, limítate a observarles e incluso pregúntales que necesitan.
Anticípate a aquello en lo que tú les puedes ayudar; aquello en lo que les puedas echar una mano.
¿Por qué?
Porque todo eso va a hacer que esa persona se sienta mejor. Su reacción será mejor, empezará a funcionar, interactuaréis y todo empezará a rodar bien para los dos.
Siempre que tú hagas que la otra persona gane cuando tú ganes, te va a ir mucho muchísimo mejor.
Esto hace que este mundo se enriquezca y qué tengas mejores relaciones.
Que te sientas cada vez más satisfecho.
Esto te va a motivar, que funcionen las cosas, que sea un ganar - ganar para ambos.
Sé proactivo y distingue claramente cuando estás en modo víctima de cuándo estás en modo guerrero.
Es tu elección.
Tú decides.
Si quieres que te ayude a ser proactivo. Contáctame.
Puedes dejarme un comentario (más abajo) si te ha servido el post o si quieres que escriba de un tema que sientas importante.
Con Amor
Bárbara