¡Y vaya si importa!
Hace unas semanas, tuvimos en la península unos días de lluvias abundantes. Eran las propias del final de verano, comienzo del otoño.
En algunos puntos llegaron a ser torrenciales y las imágenes que ofrecían los noticieros eran de campos anegados de agua y barro, calles, casas y naves totalmente inundados y numerosos desprendimientos de tierra.
Me llamó especialmente la atención una de las imágenes porque, a la vez, me vino a la mente una apreciación.
La pantalla mostraba una carretera que bordeaba el pie de una montaña.
Estaba cortada al tráfico pues estaba bloqueada por rocas, piedras, barro y restos de vegetación.
Ya estaban los servicios de emergencia operando para reestructurar la situación quitando de en medio primero, en la medida de lo posible, las rocas más grandes.
¿Y tú qué crees que quitaron primero para reestablecer el orden en la carretera? Pues sí, por supuesto que iban quitando piedras y troncos, pero se esforzaban por quitar los pedrolos más grandes primero.
Con esta decisión, realmente se notaba un gran avance en la limpieza de la carretera.
En el emprendimiento es algo así. Es vital tener claridad en el objetivo que deseamos conseguir. Hasta ahí bien.
Luego también, es muy importante establecer una lista de tareas a realizar y la integración de estas en un cronograma en el que decidamos qué vamos a hacer y cuándo. Esto nos llevará de la mano a conseguir nuestro objetivo.
Sería bueno considerar qué tareas hay que hacer primero para quitárselas de en medio, los pedrolos más grandes.
Como diría Brian Tracy “tráguese primero al sapo”. Porque, si sabes que lo tienes que hacer, cuanto antes lo hagas, te sentirás más libre y satisfecho.
Atendiendo a la Ley de Pareto del 80-20, de diez tareas que tienes que realizar, siempre hay dos que son las realmente importantes y que supongan un avance en tu negocio.
Es una decisión estupenda para mejorar tu productividad.
De este modo estás cortando de raíz la procrastinación a hacer algo que no te gusta, te cae pesado o, simplemente, no quieres hacer.
En este ejemplo de la carretera cortada por el desprendimiento de tierra, hemos visto cómo deshaciéndote de lo más gordo, lo más importante, que tengas entre manos, nos acercamos antes al objetivo de volver a abrir la carretera al tráfico.
Pero ¿y si lo viéramos desde otro punto de vista? En lugar de más a menos, de dentro a fuera.
Te hablo del tiempo que has destinado para desarrollar tu negocio en tu emprendimiento.
Puede que tengas otro trabajo que te sostenga mientras estás emprendiendo o, si ya estás dedicado a tiempo completo, quizá no consigas establecer un orden en tu horario.
Visualizar que tienes ya tu negocio en marcha, con ventas recurrentes y funcionando a todo gas es genial.
Pero puede que sean sólo segundos los que te separan de esa imagen maravillosa cuando caes en la infinita lista de tareas que tienes que hacer para llegar a ese puerto.
Igual lo que te sale es decir: “uff, ¡con la de cosas que tengo que hacer! Pero ¡si no sé ni por dónde empezar!
En este caso, tendrás que tomar de nuevo ese listado de tareas pendientes porque las vamos a clasificar. No todo es prioritario, ni improrrogable, ni siquiera imprescindible.
No se me olvidará aquel día en el que llamé a el que era el jefe del departamento becario en el que estaba para decirle que tenía una urgencia.
Le dije que había pasado una mala noche, que me había constipado bastante y que no podía acercarme a trabajar.
Fue muy compresivo conmigo, como siempre, pero me dijo: “Bárbara, tú no tienes una urgencia, lo que te pasa es algo importante”.
Desde aquel día me quedó claro y lo recuerdo con mucho cariño.
Años más tarde, me acuerdo de esta anécdota cuando conocí la matriz de los cuatro cuadrantes para gestionar el tiempo.
Cada cuadrante tiene su especialidad y tu cometido es rellenar cada cuadrante con las tareas que consideres que se ajustan mejor a tales condiciones.
Aquí te muestro qué metemos en cada cuadrante:
1. Tareas importantes y urgentes
En esta casilla se integra, por ejemplo, la solicitud por parte de tu mentor para la sesión que tenéis mañana. Te pide que le pases un boceto rápido de lo que será tu próximo producto. También sería el caso de si hubiese habido una caída en el servidor y tengas que hacer algunos ajustes en la página web.
2. Tareas importantes, pero no urgentes
En este cuadrante se integran tareas como la de desarrollar los módulos de los que se compondrá tu próximo producto o la publicación de un post semanal. No pasa nada porque alguna semana falles, nadie te va a decir nada, pero denota una continuidad en las publicaciones y eso es bastante bueno para el SEO.
3. Tareas no importantes, pero sí urgentes
En este apartado se encuentran las tareas que te llevan mucho tiempo realizarlas como son las de atender los correos y hacer inbox cero, es decir, liberar tu bandeja de entrada.
4. Tareas no importantes y no urgentes
Aquí destinamos un espacio para que quede por escrito aquellas tareas que literalmente te hacen perder el tiempo. Hablamos de las temidas redes sociales, juegos, moscas, etc.
Si te fijas, estamos hablando del tiempo que has destinado para desarrollar tu negocio en tu emprendimiento.
Ha sido una decisión personal, pero no ves que esa decisión sea suficiente. Hay que especificar más.
¿Realmente ves avances si nos distraemos con el móvil estando al tanto de lo que hacen los demás?
La cantidad de minutos que lleva navegar por las redes sociales se estima en unas 5 horas al día, ya no minutos. Bárbaro, ¿verdad?
Entonces luego cuando vuelves a ese informe que estabas redactando, o ese boceto, te cuesta un montón. Entonces, eres carne de cañón para que pensamientos como “no logro concentrarme”, “igual este no es mi propósito”, “igual no soy tan bueno, como me cuesta tanto…” No hacemos más que posponer y procrastinar las acciones que verdaderamente nos llevan a avanzar en nuestro emprendimiento.
¿Sacas conclusiones?
Y retomando el tema de tomar la decisión de delimitar bien qué valor tiene para nosotros cada una de las tareas que tenemos en nuestro checklist, me gustaría recordar una historieta.
Por inercia, estaban sintiendo la grandeza de la moraleja de tener en cuenta que las cosas más importantes para nosotros son las primeras a las que hemos de prestar atención.
Y después, ir dedicándoles el tiempo oportuno a las siguientes en importancia hasta llegar a las más banales, a las prescindibles si acaso.
De este modo es como todo tiene cabida en la vida, es importante organizarnos para llevar a cabo la realización de nuestros sueños, en nuestro caso, el emprendimiento, sin olvidar que también las pequeñas cosas cuentan, aunque tengan su momento.
Es importante hacer primero lo primero antes de dedicar tiempo a lo último, no dejarnos llevar por las apariencias.
Se trata de clarificar y clasificar nuestras preferencias, aquello que nos es más relevante y a darle la importancia que se merecen, sin más dilación.
Si hubiésemos destinado nuestro tiempo (recipiente) a hacer cosas que nos distraen (arena) de nuestro objetivo a conseguir, no hubiera habido cabida para desempeñar aquellas acciones (piedras grandes) que realmente nos iban a llevar de la mano a conseguir aquello que deseamos.
No se trata de darse prisa y hacer las cosas para hacernos creer que somos muy productivos pues nos traerá ansiedad y las haremos sin mimo, sin cuidado.
Se trata de poner los cinco sentidos en aquello que estemos llevando a cabo. Es fantástico empezar y terminar una tarea. Luego seguir con otra.
Así es como podremos rayar la excelencia en nuestro trabajo.
Cuando nos dejamos llevar por realizar las tareas que no son importantes y que no son relevantes, nos cansamos y cuando nos ponemos con las tareas importantes no tenemos energía para abordarlas, las dejamos para mañana y posponemos. Así nos frustramos y nos perdemos.
Si quieres llegar a tu destino es necesario priorizar lo importante frente a lo superfluo o accesorio.
También es necesario tener paciencia en la materialización de nuestros deseos y esto no tiene nada que ver con la libertad y el dejarse fluir.
Para ello es esencial determinar y valorar las necesidades que uno tiene y el significado que conlleva.
Por ello, podemos observar dos matices o, mejor dicho, dos premisas:
por un lado, hay que recordar que las decisiones nos son para siempre. El orden que le des a las cosas, a tus prioridades pueden cambiar con el tiempo, es decir, no es definitivo e inalterable.
por otro lado, y no menos importante si cabe, tu orden puede no ser el orden de otros, es decir, el orden que tú estableces no tiene por qué coincidir con el orden que otros den a sus prioridades. De este modo hemos de recordar ser empáticos y tolerantes para que otros también lo sean con nosotros.
Hemos de darnos cuenta cada vez que pedimos con exasperación a los demás que nos hagan algo ya, que nos den la contestación ahora o que sean de tal forma como si la cosa se tratase de algo impostergable, prioritario e incluso urgentísimo.
Cuando las cosas no fluyen fáciles, cuando lo intentas varias veces y no sale, cuando te cuestan muchísimo, tranquilo. Tómate un tiempo para hacer unas respiraciones profundas.
Después, considera que quizá tus deseos puedan esperar un poco más. Más bien, esperar al momento adecuado para hacerlas.
Y una última consideración, piensa que aquellas tareas, por poco importantes que puedan resultar (pueden ser, por ejemplo, mantener el orden en tu lugar de trabajo, en tu carpeta de descargas, en comprarle un regalo de cumpleaños a ese amigo, o escribirle una nota amable a tu compañero o socio…) realmente sí son importantes, marcan la diferencia, endulzan el día a día, hacen más rica tu vida.
Recuerda la cerveza de aquel muchacho.
Integra estas tareas también en tu tiempo. Todo tiene cabida en este mundo.
Sigue esta secuencia:
1º # Conócete a ti mismo: los principios y valores que te hacen vibrar.
2º # Determina cuál es tu objetivo: clarifica tu posición actual y a dónde quieres llegar. Descarga gratis tu Guía de Cómo definir un objetivo con éxito.
3º # Establece tus prioridades: determina el grado de importancia y urgencia en las acciones que llevarás a cabo para conseguir tu objetivo.
4º # Haz balance cada x tiempo: pregúntate qué ha ido bien, qué ha ido mal y qué se puede mejorar.
5º # Reconoce tus éxitos y celébralos, en buena compañía mejor.
6º # Empodérate: siéntete fuerte y proyecta la visión de un nuevo objetivo a conseguir.
Me tienes a tu disposición para ayudarte.
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Ahí podrás encontrar más información para hacerte más fácil tu emprendimiento.
Gracias por estar ahí.
Cuéntame en comentarios cómo organizas tus prioridades y qué retos te encuentras en la consecución de tus tareas.
Te espero en mi próximo post.
Con amor,
Bárbara.