3 Razones Para Sentirte Satisfecho Con Lo Que Haces

foto compuesta de tres,mujer de espaldas abriendo los brazos,corchera con papeles y un hombre mirándolos,mapa mundi

Siempre he pensado que es de vital importancia hacer las cosas por sentirse uno bien. Es fundamental. Y uno se siente bien cuando ve que lo que hace suma. Es decir, cuando lo que uno hace repercute favorablemente en los demás.

Por este motivo, uno siempre se va a sentir satisfecho cuando lo que hace tiene significado para sí mismo y para el otro. Es por ello por lo que se asocia aquello de servir a los demás; palabra tan asociada al mundo del emprendimiento.

Hay que ver cómo de relacionado está todo. Si te hablo de servir, te lo estoy diciendo desde el punto de vista de servir de ayuda a otros.

La verdad es que, para mí, la palabra servir tenía una connotación negativa. Me acordaba de la típica imagen de una mujer con una cofia en la cabeza y un delantal.

Pero no, siempre hay mucho más allá de lo que nuestros ojos ven. Y es que ser o hacer algo útil para uno mismo o para la sociedad es una vía hacia la realización humana.

Es algo así como compartir lo que uno sabe con los demás, pues ¿de qué sirve si te vas a la tumba con todo tu potencial escondido?

¿Te imaginas que Edison no hubiera compartido con la humanidad el grandioso hallazgo de la haber inventado la bombilla? ¿O si Meucci no hubiera inventado el teléfono? ¿Habríamos sido mejores sin esos descubrimientos? ¿Te imaginas cómo sería de aburrida la vida sin conocer cosas nuevas? Uff, ¡qué aburrimiento, por Dios!

Ahora me voy al otro extremo, hacer las cosas por el interés te quiero, Andrés. Hablo de los proyectos que sólo están basados en alcanzar grandes objetivos económicos sin humanidad. Podría decir que son los que pueden funcionar durante un tiempo más o menos amplio, pero, a la larga, caen por su propio peso.

Decía Mateo Alemán que “la gloria falsamente alcanzada poco permanecía”

Pero no. Me refiero al propósito por el que hacemos algo. La intención que le ponemos. La huella que dejará en este mundo. El legado que perdurará incluso después de que lo dejemos. ¿Te has preguntado qué te gustaría que contasen de ti? ¿Te has parado a pensar cómo te gustaría que te recordasen? Muchos te hacen preguntarte ¿qué te gustaría que pusiese en tu lápida el día que te murieses? Tela, ¿no?

Aquí sólo me voy a centrar en las personas que prefieren dejar una buena huella en el mundo.

El mundo de un padre puede ser su hijo. Es posible que lo que más quiera el padre es dejarle a su hijo la empresa familiar en el mejor estado para cuando se jubile. El mundo de otra persona puede ser el dar de comer a unos gatitos de su comunidad cada día y ver cómo crecen sanos y fuertes.

Si quieres ejemplos de personas más conocidas, aquí tienes. Una persona encontró la felicidad en llevar agua a lugares desfavorecidos fue Vicente Ferrer.

La Madre Teresa de Calcuta prefirió dar todo su apoyo a las personas sin hogar de la India.

El ser humano es un ser gregario y social que se mueve naturalmente por el amor. No es que resulte ñoño. Es que es el sí del no. El día de la noche.

Vivimos en un mundo dual y el amor es lo contrario al miedo. No está muy lejos. Encontramos el amor en una sonrisa, un abrazo o un beso de buenos días.

Cuando haces que les vaya mejor a otros es cuando encontrarás que te vaya mejor a ti. Es una consecuencia inevitable que tarde o temprano se va a dar.

El que enseña, aprende dos veces.

El dinero es un medio para contribuir con tu don al mundo. ¿Cómo? Poniendo a disposición de los demás tus habilidades para el bienestar de los demás.

Es inevitable hablarte de emprendimiento en este caso, pues llega a ser un estilo de vida. Es superarse a uno mismo. Dar rienda suelta a la creatividad. Sentirse uno con el Universo.

Este es el verdadero éxito interno, es el que siente una persona que hace lo que le sale del corazón desde siempre, desde que decidió seguir su intuición. El éxito externo es el que luego se ve, del que todos hablan.

La vida trae aquello que nosotros damos. Cuanto más generosos seamos más generosa será la vida con nosotros. Poner a los demás por delante de nosotros es consecuencia sine qua non de éxito en la vida.

La vida sólo nos pide que aprendamos lo que necesitamos aprender. No hay más.

Aclara qué quieres experimentar en la vida y traza un plan de acción para alcanzar tus objetivos. Es esencial saber cuáles son tus preferencias para evitar terminar haciendo lo que otros quieren. Encamínate de forma activa hacia tus sueños y verás como se van haciendo realidad.

Saber para qué hacer las cosas nos mantiene centrados en nuestro cometido, favorece nuestra atención y nos permite expandir todo nuestro potencial.

Nos preguntamos el porqué de las cosas para justificar el pasado, algo que ocurrió. Es algo que sirve para satisfacer la mente y el ego.

El hábito de preguntarte para qué haces las cosas te va a cambiar la vida. El para qué tiene una visión futurista. Aclara el verdadero significado de lo que tengamos entre manos. Es la verdadera vocación; lo que hacemos de corazón.

Sentirte bien es una consecuencia si:

  1. Haces las cosas que te salen del corazón

  2. Planeas lo que vas a hacer con un objetivo definido

  3. Contribuyes con lo que haces por el bien común

Unifica estas tres vías para alcanzar tu éxito personal y profesional.

Tomemos un café virtual y hablemos de esos proyectos que tienes en mente.

Te ayudo a aclarar el camino.

Con amor,

Bárbara.