1. Mi auténtica realidad
Es un poco difícil no comer azúcar en un taller de plumcakes delicatessen. ¿No?
En mi caso, me di cuenta de que, aunque las personas con las que más tiempo pasaba a lo largo del día era un número inferior a 5, sufría de una infoxicación por verme no sé cuantos vídeos de éste y aquel mentor.
Es decir, estaba sufriendo una intoxicación por demasiada información.
Seguir a tantas personas me estaba desviando del foco una y otra vez. No hacía más que seguir el objeto brillante: “Ay, este curso qué interesante. Ay, qué bien habla este hombre o esta mujer, me gusta mucho lo que dice. Ay,esto no me lo puedo perder.”
Suscripciones a newsletters, podcasts, canales de Youtube, de Telegram, grupos de Facebook, libros míos y de mi biblioteca, por Kindle y otras plataformas…
No me daba cuenta. Bueno, más bien, no quería escuchar a aquellos que me decían que les ponía la cabeza como una zumba con tanto vídeo.
No me daba cuenta que, desde que empecé a emprender en la Navidad del 2015 al 2016, no he parado de bombardearme la cabeza por todos lados con mucha información, que aunque fuese muy buena, sin orden y sin implementación de poco valdría sino para procrastinar el lanzamiento de mi negocio.
Y eso que me conozco la teoría de todos los síndromes que puede sufrir el emprendedor. Todos los habidos y por haber. Mi mente es bien lista y sabe escaquearse. Por eso escribí aquel post sobre la humildad . ¡Porque me faltaba bastante! Yo, con el “eso ya lo sé” creía que me estaba forjando un futuro prometedor.
Pero se pasaban los meses y no había resultados.
Así todo es una auténtica locura.
Pero todo llega y el momento de lucidez también.
Llega la hora en el que te haces consciente de que toda esta infoxicación no hace más que apartarte de tus verdaderos objetivos, de tus verdaderos sueños y deseos y crear un negocio por internet que te dé libertad. Sin comerlo ni beberlo, es posible que formes parte de una conspiración cuyo mandamás está más cerca de lo que tú te piensas, tu mente.
Afortunadamente estoy aquí contándotelo para que, si puedo hacer algo por ti, para que tu mente no te lleve por esos derroteros, como poco, me sentiré en paz.
En este caso, soy consciente de que algo me ha estado boicoteando todo este tiempo para evitar que me convierta en la persona de éxito que siempre he querido ser.
Ahora también sé que mantengo unos programas en mi cerebro y que dan coletazos a la mínima de cambio. Hay que mantenerse alerta porque la liebre siempre vuelve a saltar donde menos te lo esperas.
2. Reestructuración
Ahora es buen momento para volver a esos deseos que escribiste hace tres, seis meses o incluso un año porque te puedes sorprender de lo que encuentres.
Supongo que el ejercicio iba de apuntar qué querías ser, dónde te gustaría estar, haciendo qué, con quién… dentro de x meses o años.
Si te das cuenta, muchos conferenciantes te dicen lo mismo: ser y hacer para después tener. Pero hasta que no te paras y zanjas el boicoeteo de tu mente no lo vas a conseguir.
Lo haces cuando tomas consciencia de lo que te pasa. Cuando ves dónde estás realmente, cuando no te mientes y ves clara tu situación. Vamos, de donde partes.
Ahora entiendo que, aunque tenga los mejores mentores del mundo, he de ser la persona que quiera sacar adelante todo el conocimiento y habilidades que estoy aprendiendo, ya que si no implemento lo que aprendo, todas esas mentorías no hubieran valido la pena.
Te insisto, ve a ese cuaderno en el que apuntaste qué querías ser dentro de ese periodo de tiempo y descúbrete de nuevo.
Puede que no haya pasado todo el tiempo estimado, pero seguro que ya hay cosas que se han cumplido. No es magia, es predisposición. Sólo el hecho de visualizarlo ha dado las pautas para poder hacerse realidad. Te has encarado hacia ello y has ido a por tu objetivo.
Sí, así se hace:
Ahora, es buen momento de darte cuenta de qué barreras te has puesto o te has topado para no hacer lo que tenías que hacer. Cuáles son tus distracciones y pon orden. Pon medios para evitar que vuelva a pasar.
Si decides en frío y tomas el hábito que te propongas, no temerás cuando estés en caliente porque ya tendrás un mecanismo para evitar que te vayas por los cerros de Úbeda (que, por cierto, no los conozco aún y tienen que tener su encanto).
Así es como te puedes deleitar con una recompensa.
Hay un estudio en el que, a unos niños en edad de unos 3 años, se les ponía delante dos caramelos. Se les propuso que, si tomaban un solo caramelo, luego le darían dos más. Y se les dejó a ver qué hacían. Unos comieron un caramelo y otros los dos. Años más tarde, ya en la edad adulta, se les contactó y concluyó el estudio.
Resultó que aquellos niños que comieron dos caramelos tenían un sueldo medio y eran trabajadores por cuenta ajena. Sin embargo, aquellos que fueron fuertes frente al deseo y sólo comieron un caramelo no solo tenían una economía saneada, sino que muchos eran verdaderamente ricos.
Luego, mira a ver si te compensa decir NO de vez en cuando.
No hay más atajos. No hay secretos.
3. El remedio para la infoxicación
No te creas que hay mucha historia en ello. No es nada complicado.
Deja de buscar fuera algo que realmente ya tienes. Seguro que puedes empezar con pequeños pasos.
Reduce tu ingesta de información de cientos de mentores y expertos y sólo elige a uno o dos.
Síguelos e implementa lo que aprendes.
Sólo requiere de tu fuerza de voluntad en borrarte de miles de suscripciones, aplicaciones… (ya tú sabes) que no hacen más que distraerte de tu destino, aquello que deseas conseguir. Fácil, ¿no crees?
Deja de infoxicarte y céntrate.
Una vez más, ¿vas a volver a dejarte arrastrar por tu mente?
Hazte responsable cuánto te estás involucrando en tu negocio.
Sobre todo, se consciente de quién eres y de lo qué quieres.
Yo pasé por todo esto.
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Cuentas con todo mi apoyo. Escríbeme
Me encanta ayudarte.
Con profundo amor,
Bárbara.