Esta vez me voy a enfrascar en un buen fregao. Voy a tratar el tema de la risa; una persona a la que le tienen que explicar un par de veces un chiste si es un poco enrevesado. En fin, ¡qué le vamos a hacer!
Hay estudios que dicen que un niño se ríe en torno a 700-800 veces al día. Luego, con el tiempo, vamos perdiendo ese buen hacer y lo dejamos si acaso en unas 20-30 veces al día.
Entre tú y yo, seguro que se te ha venido a la cabeza alguien que se ríe bastante menos. Hemos cogido la manía de tomarnos todo muy en serio. Nos preocupamos en vez de ocuparnos de las cosas y eso no hace más que mantenernos en tensión. Y como una cosa lleva a la otra, luego vienen las jaquecas o los dolores de espalda en primera estancia.
Pero ¿qué es reírse?
Según la Real Academia de la Lengua Española, reír es manifestar con regocijo mediante determinados movimientos del rostro, acompañados frecuentemente por sacudidas del cuerpo y emisión de peculiares sonidos inarticulados.
Para mí, reír es hacer el tonto sin ni siquiera estar delante de un espejo. Reír es cuando estás tú solo en casa, te viene a la cabeza algún pensamiento en el que estabas pasándolo “padre” y te entra un no se qué que qué se yo, que te pones a mover la cadera, emitir sonidos pseudo-guturales y hacer muecas esbozando finalmente una sonrisa que viene acompañada de una relajación muscular instantánea en todo el cuerpo.
Mi perrita Niza me inspira para llevar a cabo estas experiencias. Es una perrita mestiza, megamix como yo digo, inteligente como muchos quisieran, expresiva como si fuera una persona y con una personalidad altamente definida.
Cuando me acuerdo de ella es inevitable esbozar una sonrisa de oreja a oreja. Menuda es. Desde luego, ¡cuánto tenemos que aprender de los animales!
Por qué te interesa reírte más
Pues, algo he comentado ya antes, pero te lo cuento más en profundidad aquí. Las endorfinas son los neurotransmisores conocidos como las hormonas del bienestar. Actúan bloqueando los detectores del dolor en el cerebro.
Se producen y liberan en la glándula pituitaria y en el hipotálamo. Son unas sustancias específicas que producen en cada organismo un efecto singular.
Altos contenidos en endorfinas provocan en el cuerpo un increíble efecto sanador ya que actúan como un analgésico, un reconstituyente e, incluso, un antiinflamatorio.
La falta o bajos niveles de esta sustancia perjudican el funcionamiento del cuerpo. Dificultan el ritmo armónico que debería llevar el organismo para funcionar como un reloj, en cuanto al sistema inmunitario se refiere. Por este motivo, se lleva a los hospitales actividades como las de los payasos o clown.
Esto es debido a que la risa y la carcajada son capaces de establecer recuperaciones milagrosas en el organismo aliviando desde reacciones alérgicas hasta resfriados, úlceras e incluso cánceres. Se cuentan por cientos las enfermedades que remiten cuando se incorpora la risa a nuestro día a día. Las endorfinas contribuyen a elevar los niveles de felicidad, tranquilidad, creatividad y euforia, tal como expresa un estudio de la Revista de Divulgación de la Ciencia de la UNAM
Pero ¿cuándo? ¡Tengo tantas cosas que hacer!
Pues ya te digo que puedes empezar bien tempranito. Es de bien sabido que cuando uno se levanta con el pie derecho o con buen pie, parece que el día se va abriendo poco a poco para todo lo que tengamos que hacer.
Sonreír antes de levantarse, un ratín en la mañana, nos reactiva condicionándonos maravillosamente el día que tenemos por delante. Nos tomamos la vida con más confianza y el buen humor que vamos a desprender va a abrirnos muchas puertas.
Hacerlo por la noche es igual de beneficioso pues va a contribuir a aumentar la relajación del cuerpo y un mejor descanso.
También puedes tomárlo como si de realizar ejercicio físico se tratase pues se mueven alrededor de unos 400 músculos en todo el organismo. Estudios realizados demuestran que reír o sonreír durante al menos 20 segundos son equivalentes a unos 3 minutos de ejercicio físico. Mola, ¿no te parece?
Vale sí, pero dónde encuentro algo que me haga gracia
Te entiendo, yo pensé lo mismo. Chistes cutres, xenófobos, machistas o feministas, de maltrato animal, de caídas, de asustar a otros, de vómitos o ufff, voy a parar que me están dando arcadas.
La verdad es que creo que no me han hecho gracia los chistes fáciles porque reírse de lo malo que le pueda estar pasando a otro no esboza una sonrisa en mi cara ni por asomo. Y es que cuando una persona necesita este tipo de estímulos para regodearse es que tiene un serio problema de autoestima y un nivel de conciencia primitivo.
Llevo muchos años en esto del crecimiento personal, décadas, pero no voy a decir cuántas :). Te puedo decir que esto es como todo. Al principio, hay cosas que te hacen gracia y luego, cuando ya llevas un recorrido, ya no es lo que era.
En cuestión de películas es muy significativo en cuanto a temáticas de acción. Hoy en día no puedo creer cómo vi ciertas películas. Pero de eso igual te hablo en otro momento.
Yo ya te he dicho que me entretengo con una mosca, pero te puedo recomendar una película que me ha hecho mucha gracia. Hasta que la ves siete millones de veces y terminas sabiéndote hasta el guion. Aún así, es muy probable que la vuelva a ver otra vez.
Te suena algo si te digo, “¿Igor, no. Aigor?” Aquí te dejo el enlace del trailer El Jovencito Frankenstein, de Mel Brooks.
Ya verás tú como te va a salir a partir de ahora una alusión a la película en cualquier momento y por ende una sonrisa, como yo ahora.
Te lanzo otra propuesta, ahora una francesa. Puff, esta también tiene tela. La verdad es que quién no se puede identificar en algún momento con una situación como ésta de sentirse fuera de lugar. Bienvenidos al norte, de Dany Boon.
Con ésta vas a pasar un buen rato. Asegurado.
Y por último, te recomiendo un sketch. Magnífico. De órdago. Soberbio. El inolvidable monólogo que hizo Daniel Rabinovich de Les Luthiers.
Qué, ¿cómo te has quedao?
Relajadito, ¿verdad? Pues sí. Qué bien sienta pasarlo bien. Estar a gusto. Reírse de las pequeñas cosas que nos pasan en la vida, dándoles un toque de humor, quitándole a las cosas la carga emocional que no tienen.
Quería contarte que guardo con especial cariño una estampita de la virgen de mi pueblo La Antigua Virgen de Manjavacas con un decálogo por detrás que decía “Sonríe siempre, aún sin ganas y a solas, para entretenerte”.
La tengo guardada como una joya pues ya no han vuelto a poner lo mismo y veo que ¡es tan importante!
Me doy cuenta de la cantidad de mensajes que nos rodean desde que somos pequeños.
A mí ya me lo decían en esa estampita desde muy niña pero parece que hay que pasar por periodos de oscuridad para volver a valorar la luz.
La Vida es tan bonita que, como diría el también manchego José Mota, “e’ tontería” pasarla amargado por lo que no tienes o lo que dicen los demás.
Enfócate en superarte a ti mismo, en ser mejor persona, tu mejor versión.
Esa es la verdadera satisfacción con la que más vas a disfrutar.
Escríbeme y cuéntame qué haces tú para tener una sonrisa en tu día a día. Te espero.
Con amor,
Bárbara.